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Nuestra libertad es una libertad finita

.”Nuestra libertad es una libertad finita. Es una libertad limitada. Eso equivale a decir que el ser humano nunca está completamente libre de condiciones, sean estas de tipo biológico, psicológico, o sociológico pero siempre tenemos la libertad suprema, la libertad última: la libertad de elegir una actitud ante cualesquiera sean las condiciones que enfrentamos. Cómo reaccionamos ante condiciones que no pueden ser cambiadas, depende de nosotros. En otras palabras, si no podemos cambiar la situación, siempre tenemos la libertad última de cambiar nuestra actitud ante esa situación.

Una vez recibí una carta de una joven estudiante tejano, quien me dijo que a los 17 años tuvo un accidente mientras practicaba buceo deportivo y desde entonces está paralítico del cuello hacia abajo. Él me escribió: Me rompí el cuello, pero eso no me rompió a mí. En la actualidad estoy incapacitado y esta incapacidad permanecerá conmigo aparentemente para siempre, pero yo no abandono mis estudios. Por causa de mi incapacidad, quiero ayudar a otras personas, quiero convertirme en psicólogo, para ayudar a otros y estoy seguro, que mi sufrimiento añadirá una contribución esencial a mi capacidad de entender y ayudar a otras personas.

Este hombre, tres años después, fue invitado por mí, para dar una conferencia, en el 3er Congreso Mundial de Logoterapia que tuvo lugar en una universidad de Alemania. Viajó en avión, en su silla de ruedas, desde Texas hasta Alemania, a dar la conferencia y el título fue “El desfiante poder del espíritu humano”. Y la última frase decía: “Yo sé que esto es verdad, porque ese hombre era yo”.

–Víctor Frankl

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