¡BUSCO UNA MUJER!
Pero UNA MUJER que no sea una muñequita de aparador, ni la rosa candorosa e ingenua. Tampoco que sea la hermosura mercenaria, ni la madre sumisa y abnegada o la esclava del hogar.
Busco UNA MUJER que se atreva a ser ella misma
con todas sus potencialidades.
UNA MUJER que no tema ser fuerte,
segura e independiente,
porque con ello no pierde su femineidad,
y en cambio, toma el lugar que le corresponde
en la evolución de la pareja humana.
UNA MUJER dispuesta a descubrir
y a desarrollar todos sus valores y potencial,
porque los hombres no maduramos emocionalmente
jamás si tenemos compañeras, madres o hermanas
que han dado poca importancia
al crecimiento como personas.
La evolución supone
un crecimiento compartido.
UNA MUJER preparada y decidida,
que no sólo sepa qué hacer,
sino cómo y cuándo hacerlo,
porque así será un respaldo para mí,
como yo con gusto lo seré para ella.
UNA MUJER que me descargue
de todo el peso de un amor no entregado,
porque nunca antes alguien lo había recibido
por completo.
UNA MUJER que me ayude a verme como soy,
no como creo que soy.
Que tenga tacto al decirme mis defectos
en el momento en que soy más receptivo,
para que digiera la crítica constructiva
y pueda así, florecer como persona.
UNA MUJER que sea mi compañera en todo:
desde tender la cama juntos,
hasta adentramos en una aventura intelectual,
pasando por la experiencia de trabajar
hombro a hombro y recorrer
un parque en bicicleta.
UNA MUJER que no se alarme
si alguna vez me ve llorar (quiero recuperar esa capacidad de expresión reprimida por el machismo)
y que me aliente a “darme permiso” de ser débil y
a pedir ayuda a pesar de ser el hombre fuerte.
UNA MUJER que descubra lo que le gusta en la vida,
y que se esfuerce por averiguar
lo que quiere realmente de la misma,
teniendo el valor de pagar el precio
de sus más grandes anhelos.
UNA MUJER que no se deje utilizar
y que nunca manipule a otro ser humano,
incluyendo su pareja, pues no tiene objeto
caer en una simbiosis destructiva, cuando existe
la alternativa luminosa de un crecimiento recíproco.
UNA MUJER que sepa que el hombre está llamado
a ser el más elevado de los seres vivientes;
pero que ella, como mujer, fue concebida
como la más sublime de las creaciones del Universo.
Cuando la encuentre, la amaré intensamente.
Rafael Martín del Campo