El éxito permanente no existe, pero de vez en vez se puede llegar a él. Uno de los ideales humanos es ser exitoso en “todo lo que nos propongamos” y creer esto es el primer paso para presionarnos y quizá no llegar al objetivo. Esto es muy común cuando hablamos de sexo.
Creemos que una persona exitosa en el sexo, sobre todo si es mujer, debe ser multiorgásmica, estar siempre dispuesta a tener sesiones erótica con coito incluido y no cansarse de estar en la cama. Si se trata de los hombres, deben mantener erecciones por horas, recuperarse rápidamente después de cada orgasmo, tener un perfecto control de la eyaculación y por supuesto tener un apetito sexual que ocupe el 80% de sus pensamientos.
Curiosamente, si eso fuera cierto nadie tendría éxito sexual porque ni el coito es la esencia de la relación sexual, ni el orgasmo el objetivo fundamental y mucho menos somos capaces de mantener la libido alta las 24 horas del día durante toda nuestra vida.
El éxito sexual no existe, lo que existen son los episodios sexuales más o menos gratificantes. Más que exitoso el sexo debe ser gratificante y placentero. Si nos empeñamos en verlo bajo la lupa sólo estaremos calificando nuestra capacidad de reproducir y llevar a cabo, de manera menos errónea, una serie de técnicas para conseguir un propósito, que la mayoría de las veces no tenemos claro.
Nos preocupamos tanto por lo debemos ser en la cama, que dejamos de disfrutar lo que en realidad somos. Afanarse en ser multiorgásmicas en todos los encuentros sexuales generalmente lleva a terminar fingiendo más de lo que gozamos. Pretender que se puede mantener una erección toda la noche lleva a usar los más trillados pretextos.
El sexo seguro es otro de los apartados que trae colgando el sexo exitoso. Usar condón reduce, más no asegura una protección de 100% contra ETS o embarazos, los anticonceptivos no sólo son responsabilidad de la mujer, la pastilla de emergencia, así como el aborto, no son métodos de anticoncepción para ser usados indiscriminadamente. La seguridad sexual no son sólo éstos, sino estar seguros de con quién, cuándo, por qué y de qué forma queremos tener sexo con alguien y ser responsables de ello.
El sexo, forma parte también de nuestras relaciones sociales, y cuando va más allá del autoerotismo e implica su práctica con otra u otras personas debe ser consensuado; es decir, que todos estén de acuerdo en la formasen que se llevará a cabo. Cuando no se cumple esto rayamos en la agresión sexual que vulgarmente conocemos como violación.
Seremos exitosos en nuestros encuentros sexuales cuando dejemos de calificar cada uno de ellos y de generar expectativas que muchas veces no podemos cumplir.
Tarea Kamasutra
Aunque el goce de ambos es lo principal para El Kamasutra, existen ciertas posturas que dan más placer a uno u otro, ya sea por el ángulo de la penetración o bien por la capacidad de movimiento que cada uno puede alcanzar.
Este es el caso de la postura llamada del Yunque, como su nombre lo indica es pesada y de poca movilidad sobre todo para ella. Esta postura se alcanza cuando la mujer está acostada sobre su espalda y coloca los pies sobre los hombros de su pareja, quien se encuentra de frente a ella y deja, prácticamente, el peso de su torso sobre los pies de ella. De esta forma se lleva a cabo la penetración que, debido al ángulo que adquiere la cadera al levantarse, llega a ser muy profunda.
De hecho, el mayor inconveniente es que si la mujer no está lo suficientemente excitada y relajada o la lubricación no es mucha, puede ser una posición dolorosa. Lo bueno es que permite una penetración máxima, proporcionando sensaciones intensas para ambos y generando mucho placer si él llega a eyacular en esta posición.
El requisito es que ella tenga buena elasticidad, fuerza en las piernas y flexibilidad para no lastimar las rodillas.