Carta a una amiga, escrita para esas mujeres que a veces tienen duda de su divinidad.
Mí estimada amiga:
Te escribo para contarte lo perfecta que eres, para decirte que mi Cristo no hizo algo tan bello y perfecto para que llevaras una vida de tristezas o una vida común sin grandes alegrías.
No creo un ser tan perfecto para dejarlo que muera y viva viajando entre la pena y el agobio, el desasosiego y la desesperanza; mi Cristo tiene un plan para ti, y como todo buen padre tiene un plan tan perfecto como tú, para tu vida.
No naciste para comer, trabajar y volver a casa cada día sin la esperanza primaria de que tu vida algún día cambiará.
Mi Cristo tiene un plan para nuestras vidas, nadie crea algo tan bello y perfecto para que no tenga ninguna función especial, tu y yo la tenemos, nuestro Cristo tiene un plan de vida para nosotras, solo dejemos que el obre en nuestras vidas, por eso te pido hoy, que recuerdes esta oración y la repitas cada vez que pienses que no hay salida o que sencillamente eres una mujer común.
“Amado padre hoy te pido que por favor se hagan las diligencias necesarias en el plano divino para que mi vida, se organice en orden divino, hágase tu voluntad y halla en mi vida paz’’
Dios te bendiga querida amiga.
Verónica Galla, Del libro reflexiones.