A medida que las personas van creciendo las necesidades emocionales se van transformando, cambiando o se toma la decisión de ocultarlas, pero siempre van estar ahí. Ellas son las que nos motivan cada día en la búsqueda de nuestras opciones. Los valores y creencias son los que nos diseñan en nuestra mente, cuáles serán las conductas que debemos tomar para marcar nuestro camino en la vida.
Desde pequeños nos repiten y enseñan frases como por ejemplo:
– “Se honesto en todo lo que hagas”
– “Actúa con integridad”
– “Trata bien a las personas, basa las relaciones en la igualdad entre los seres humanos”
– “Respeta a tus semejantes”
– “Se responsable en todas las actividades que inicias…”
Así podríamos escribir una larga lista con los valores que nos han tratado de inculcar desde pequeños, por lo general, estos quedan grabado a fuego en el subconsciente. Ellos reaparecen cuando nos enfrentamos a alguna situación donde nuestros valores se sienten cuestionados.
Aunque estos valores pueden variar de una cultura a otra, sin embargo, hay algunos que son comunes en todo el mundo, como por ejemplo, la honestidad, la integridad personal, el respeto hacia los demás, la bondad, la solidaridad, la justicia y la lucha por la paz.
Pero mi planteo es el siguiente, ¿Cuántas veces te has enfrentado a alguna situación en donde has sentido que tus valores debían tener prioridad? ¿Si en esa situación tuvieras que elegir entre defenderlos o mirar hacia otro lado? ¿Cuál elegirías? ¿Cómo te sentirías después de tomar alguna de esas posturas? ¿Te sentirías feliz o todo lo contrario? ¿Te provocaría conflictos emocionales?
Cada día pasamos por situaciones en las cuales nuestros valores entran en juego. Es una decisión personal si los defendemos o los dejamos a un lado. Depende de cuán importante sea el tema o la persona, para que nuestros valores, sean el escaparate para determinar nuestra conducta. ¿Debemos condicionar nuestros valores?
La respuesta tendría que ser No. ¿Cuántas veces hemos vistos que ciertas personas dejan todo de lado, sus necesidades, creencias y valores por querer lograr ciertos objetivos? Tomamos una postura de observadores ante este hecho. Estas y otras situaciones, son las que en definitiva son las que cuando nos quedamos solos o en una charla de bar, reflexionamos sobre si ese tipo de conducta las queremos para nosotros.
Si dejar de lado los valores solo nos afectara a nosotros mismos, los sentimientos que esto provocaría serian manejables, porque el ser humano en esa ocasión lo que se realiza es blindar las emociones para poder seguir adelante. Pero no siempre resulta de esa manera, a veces están implicados las familias, amigos, seguidores, colaboradores y personas que están alrededor, que también se sienten afectadas por la falta de defensa de los valores personales.
Ahí es donde el blindaje emocional, ya no resulta una buena arma de defensa, son demasiadas las personas que sufrirán las consecuencias de esa omisión.
Cada persona dentro de su mundo, es el ejemplo de conductas a seguir. Es una carga que se debe llevar siempre, pero eso se debe defender y cuidar los valores personales. Esto te dará la motivación diaria para que decidas lo mejor para ti.
¿Estás pasando por alguna situación en la cual tus valores personales están en conflicto?, podemos concertar sesiones personalizadas de coaching para que fortalezcas tu valores personales.
Posted by Ana Varik in Éxito Personal