Los hombres parecen gastar más energía pensando y hablando sobre sexo que practicándolo. Durante las relaciones sexuales, el corazón de un hombre raramente sobrepasa las 130 pulsaciones por minuto y la presión sistólica de sangre (la cifra más elevada cuando el corazón está bombeando sangre) se mantiene bajo 170 casi siempre. Así, la actividad sexual media es más bien moderada en términos de intensidad del ejercicio.
En cuanto al consumo de oxígeno, es de unos 3,5 METS (equivalentes metabólicos), que es lo mismo que bailar un vals, barrer las hojas de los árboles o jugar al ping pong. Con el sexo se queman unas 5 calorías por minuto, cuatro más de las que gasta un hombre viendo la tele, pero es la misma cantidad que en un partido de golf. Si un hombre puede subir dos o tres pisos sin problemas, debería poder practicar sexo.