¿Por qué me han de hacer la prueba de la hepatitis B durante el embarazo?
Es importante hacer una prueba de la hepatitis B durante el embarazo, porque si eres portadora y no recibes tratamiento, podrías transmitirle el virus a tu bebé durante el parto, lo cual lo haría mucho más propenso a convertirse en un portador crónico de la enfermedad.
Cuando asistas a tu primera visita prenatal, te harán una serie de análisis de sangre de rutina, entre los que se incluye uno para detectar la presencia del virus de la hepatitis B, que puede causar una enfermedad grave que daña el hígado seriamente.
Más de un millón de personas en EE.UU. tienen el virus, pero muchas no tienen síntomas y no saben que son portadoras. Si eres una de ellas, podrías pasarle el virus a tu bebé en el momento del parto. Si se determina que eres portadora, el médico tratará a tu bebé inmediatamente después del alumbramiento, lo que posiblemente evitará que se infecte.
¿Cómo podría haberme convertido en portadora del virus de la hepatitis B?
La hepatitis B (también llamada hep B) es un virus altamente contagioso que se propaga a través de la sangre, el semen y otros fluidos corporales. Si eres portadora, podrías haberte contagiado:
• Por contacto sexual con otro portador
• Durante tu nacimiento, si tu madre era portadora
• Al compartir jeringas o al pincharte accidentalmente con una jeringa infectada
• Al usar un cepillo de dientes o una navaja de afeitar que tenga aunque sea una pizca de sangre de una persona portadora del virus (aun si la mancha de sangre es tan pequeña que no se puede ver)
• Al hacerte una perforación (piercing) o un tatuaje en un lugar donde no se respeten las pautas de higiene adecuadas
Si contraes hepatitis B, es posible que te sientas muy cansada. También puedes sufrir de dolor abdominal, náuseas y vómitos, pérdida de apetito, dolor en las articulaciones o ictericia (los ojos y la piel se tornan ligeramente amarillos). Sin embargo, muchas personas no tienen síntomas y ni siquiera se enteran de que están infectadas.
Aproximadamente entre un 10 y un 15 por ciento de las personas que tienen 5 años o más cuando contraen el virus de la hepatitis B se convierten en portadores de la hepatitis B, lo que significa que su cuerpo nunca se libera del virus.
Cerca de una cuarta parte de quienes sufren una infección de la hepatitis B crónica terminan padeciendo una enfermedad del hígado potencialmente mortal y alrededor del 20 por ciento de quienes padecen enfermedades hepáticas desarrollan cáncer de hígado. Se estima que unas 5.000 personas mueren cada año en los EE.UU. a causa de enfermedades provocadas por el virus de la hepatitis B.
¿Qué sucede si el resultado de la prueba del virus de la hepatitis B da positivo?
Para empezar, el médico puede pedirte que te hagas un análisis de sangre más detallado para obtener más información sobre tu condición y sobre el funcionamiento de tu hígado. Es posible que te inyecte inmunoglobulina para la hepatitis B, es decir, anticuerpos que te ayudarán a evitar los síntomas graves. Como el virus afecta al hígado, deberás evitar el alcohol por completo de ahora en adelante, no sólo durante el embarazo.
Probablemente el médico te refiera a un especialista, que hará evaluaciones periódicas del funcionamiento de tu hígado. Todos los miembros de tu hogar, así como también tu pareja sexual, tendrán que hacerse el análisis y, si no son portadores, vacunarse.
Inmediatamente después del parto, el equipo médico le inyectará al bebé anticuerpos contra la hepatitis B que lo protegerán de una infección a corto plazo. También le pondrán la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B en las 12 primeras horas después del nacimiento. La segunda y tercera dosis se las pondrán en las visitas de rutina al pediatra.
Hacen falta las tres dosis para estar protegido de por vida, por lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que todos los niños sean vacunados con las tres dosis. Los anticuerpos y la vacuna, en conjunto, tienen una efectividad de aproximadamente el 90 por ciento en prevenir la infección por hepatitis B.
Después del parto necesitarás controles de seguimiento, ya que los portadores crónicos corren el riesgo de contraer enfermedades hepáticas graves.
Si el resultado diera negativo y nunca hubieses sido vacunada contra la hepatitis B, el médico podría recomendarte que te vacunaras si el riesgo de contraer la enfermedad es alto (más abajo puedes encontrar los grupos de alto riesgo). La vacuna es segura para las mujeres embarazadas y no afecta al bebé en gestación.
¿Qué pasaría si mi bebé contrajera hepatitis B?
Si eres portadora del virus de la hepatitis B y no has recibido los anticuerpos, las posibilidades de transmitirle el virus al bebé en el momento del parto son del 10 al 20 por ciento, a menos que reciba tratamiento durante las 12 primeras horas después de haber nacido. (El riesgo de transmisión es del 80 al 90 por ciento si te infectas con hepatitis B durante el tercer trimestre.)
Los bebés que se infectan pueden no mostrar síntomas en seguida, pero son mucho más propensos a convertirse en portadores crónicos que los adultos (90 por ciento en lugar de 5 a 10 por ciento). Los portadores crónicos pueden propagar el virus a lo largo de todas sus vidas y corren más riesgo de contraer una enfermedad hepática y morir de ella o de cáncer de hígado. No existe cura para la hepatitis B, aunque ciertos medicamentos son efectivos para controlar las afecciones hepáticas en aproximadamente el 40 por cierto de los infectados.
¿Quién corre mayor riesgo de contraer la hepatitis B?
Como la hepatitis B se transmite por exposición a la sangre y a los fluidos corporales, las personas con mayor riesgo de contagio son las que trabajan en el ámbito de la salud, las que cohabitan o son pareja sexual de un portador, aquellas con múltiples parejas sexuales, y las que utilizan drogas intravenosas. Los inmigrantes del sudeste de Asia, África, Medio Oriente, las islas del Pacífico y la cuenca del Amazonas también presentan mayores índices de infección.
Afortunadamente la vacuna puede protegerte si aún no tienes el virus. Si corres riesgo de contraer hepatitis B, no dejes de vacunarte.