La eyaculación femenina se refiere a la expulsión de una cantidad variable de fluido a través de las glándulas de Skene de algunas mujeres durante el orgasmo.
El líquido expulsado es descrito como un líquido claro o transparente que surge de la vagina, a veces con fuerza, que tiene una composición parecida al líquido generado en los hombres por la próstata, y cuya producción se piensa que está relacionada con las glándulas de Skene.
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Clítoris, labios menores, apertura de la uretra, glándulas de Skene, vagina, y glándula de Bartholin.
Las aperturas de las glándulas de Skene varían generalmente en tamaño de una mujer a otra, hasta el punto de que en algunas mujeres ha desaparecido enteramente. Si las glándulas de Skene son la causa de la eyaculación femenina, esto puede explicar la ausencia observada de este fenómeno en muchas mujeres.
La eyaculación en mujeres parece ser ayudada o ser causada por el estímulo del área de la vagina conocida como el punto de Gräfenberg (a menudo simplemente conocido como el Punto G). El contenido del líquido eyaculada es o toda orina, o toda secreción glandular, o una combinación de los dos.
Realidades de la eyaculación femenina
Según un estudio 82% de las mujeres confesaron haber experimentado una liberación de fluido en el momento del orgasmo. ¿Por qué entonces no lo has notado?
Ya Hipócrates habló en su momento del semen femenino, y luego fue Galeno quien defendió la existencia de un líquido seminal en la mujer. Incluso De Graaf en 1672, postuló que había una próstata femenina o “corpus glandulosum”, que segregaba un líquido, convirtiendo a la mujer en más libidinosa. Es decir, todos ellos, ya en sus épocas hablaron de cierta manera de la eyaculación femenina.
Según un estudio realizado por la Florida State University en Tallase, 82% de las mujeres confesaron haber experimentado una liberación de fluido en el momento del orgasmo. Aquí te contamos 10 cosas fundamentales que tienes que saber sobre el tema.
1. De que existe, existe: el médico y sexólogo, Cabello F., ha estudiado bastante del tema y en una de sus publicaciones afirma que, pese a la controversia en este tema, la eyaculación femenina sí existe. “Nosotros pensamos que independientemente de la existencia de incontinencia urinaria en algunos casos, la mayoría de las mujeres “eyaculan”, existiendo variaciones en la cantidad del líquido emitido y/o posiblemente en la dirección de la emisión”, explica el especialista.
2. No a todas se les nota: es muy posible que quienes no ven algún tipo de eyección de líquido durante el orgasmo, se deba a que el producto de la “próstata femenina” sea muy escaso o porque se dirige retrógradamente hacia vejiga, tal como ocurre en la eyaculación retrógrada de algunos hombres. Ahora bien, investigadores como Emanuele Jannini de la Universidad L´Aquila en Italia (2002) aseguran que la razón por la que algunas ven esta eyección y otras no, es debido a que las aperturas de la glándula de Skene varían en tamaño de una mujer a otra. Y si ellas causan la eyaculación femenina, se podría explicar la ausencia visible de este fenómeno en varias mujeres.
3. De dónde viene: la posible estructura anatómica de la supuesta eyaculación sería la siguiente: tal como apuntan Testud y Latarjet (1975), alrededor de la uretra se disponen abundantes glándulas uretrales y parauretrales a las que nominan en su conjunto “próstata femenina”.
4. Su provocación: la eyaculación femenina pareciera ser estimulada en el famoso punto G (de Gräfenberg) al interior de la vagina.
5. De qué está compuesta: Lo primero es advertir que por no tener una función reproductiva, no contiene ningún elemento con ese fin, como los espermatozoides en el caso de los hombres.
6. No hay qué avergonzarse: muchas veces esta expulsión de líquido produce turbación en la mujer que la confunde con orina, lo que puede producir que en este afán de controlarse, “aprenda a no tener orgasmos”. En todo caso deberíamos plantearnos de que “mas allá de que en realidad se trate de orina o eyaculación, es producto del placer y por nada del mundo deberíamos avergonzarnos o reprimirnos”, señala la experta, Lic. María Carolina Bedetti Thompson.
7. Permitir liberarse: si es que se desea comprobar si se tiene la capacidad de eyacular el suficiente líquido como para ser visto sin problemas, es indispensable que la mujer acepte sus fluidos corporales como normales en su vida. Sólo así se permitirá soltar la presión de las ganas de eyacular o de la sensación de que algo liberará.
8. De cuánto estamos hablando: según estudios, la cantidad de líquido liberado por las glándulas parauretrales varía de una mujer a otra, y va desde sólo unas gotas hasta casi dos tazas (444 ml.). Y se sabe que cuanto más dure su orgasmo, más eyacularía.
9. Dónde están las glándulas productoras: la abertura uretral se ubica sobre la apertura de la vagina, debajo del clítoris. Ahora bien, a simple vista no se ven las glándulas, pero éstas se ubican dentro de la vagina, en su pared anterior, rodeando la uretra y desembocando en ella a través de pequeños orificios.
10. Tocar el punto justo: la estimulación del clítoris es esencial para lograr la eyaculación femenina. Y es que si no es bien estimulado, la mujer no se excita lo necesario para que sus glándulas parauretrales se llenen de fluido. Asimismo, es menos probable que ella alcance el orgasmo, limitando las contracciones rítmicas de los músculos pélvicos que expelen la eyaculación. Un consejo: previo al encuentro sexual, se recomienda pasar al baño y vaciar la vejiga. De esta forma podrás sentirte tranquila que al sentir deseos de orinar cuando estás en el peak de tu excitación, te dejes llevar y liberes los fluidos, que en esta caso no será orina, sino que eyaculación natural.