La hepatitis B es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis B, perteneciente a la familia Hepadnaviridae (virus ADN hepatotrópico). Es una enfermedad infecciosa del hígado causada por el virus y caracterizada por necrosis hepatocelular e inflamación. Puede causar un proceso agudo o un proceso crónico, que puede acabar en cirrosis (pérdida de la “arquitectura” hepática por cicatrización y surgimiento de nódulos de regeneración) del hígado, cáncer de hígado, insuficiencia hepática e incluso la muerte.
El tratamiento de la hepatitis está íntimamente relacionada con el tratamiento de la infección por el VIH, pues las dos enfermedades requieren un amplio conocimiento de la inmunología, la virología, la genética y el conocimiento de las actuales normas terapéuticas, que suelen cambiar rápidamente con las actualizaciones modernas.
¿Cómo podría haberme convertido en portadora del virus de la hepatitis B?
La hepatitis B (también llamada hep B) es un virus altamente contagioso que se propaga a través de la sangre, el semen y otros fluidos corporales. Si eres portadora, podrías haberte contagiado:
• Por contacto sexual con otro portador
• Durante tu nacimiento, si tu madre era portadora
• Al compartir jeringas o al pincharte accidentalmente con una jeringa infectada
• Al usar un cepillo de dientes o una navaja de afeitar que tenga aunque sea una pizca de sangre de una persona portadora del virus (aun si la mancha de sangre es tan pequeña que no se puede ver)
• Al hacerte una perforación (piercing) o un tatuaje en un lugar donde no se respeten las pautas de higiene adecuadas
Sintomas:
Si contraes hepatitis B, es posible que te sientas muy cansada. También puedes sufrir de dolor abdominal, náuseas y vómitos, pérdida de apetito, dolor en las articulaciones o ictericia (los ojos y la piel se tornan ligeramente amarillos). Sin embargo, muchas personas no tienen síntomas y ni siquiera se enteran de que están infectadas.
Aproximadamente entre un 10 y un 15 por ciento de las personas que tienen 5 años o más cuando contraen el virus de la hepatitis B se convierten en portadores de la hepatitis B, lo que significa que su cuerpo nunca se libera del virus.
Cerca de una cuarta parte de quienes sufren una infección de la hepatitis B crónica terminan padeciendo una enfermedad del hígado potencialmente mortal y alrededor del 20 por ciento de quienes padecen enfermedades hepáticas desarrollan cáncer de hígado. Se estima que unas 5.000 personas mueren cada año en los EE.UU. a causa de enfermedades provocadas por el virus de la hepatitis B.
¿Qué sucede si el resultado de la prueba del virus de la hepatitis B da positivo?
Para empezar, el médico puede pedirte que te hagas un análisis de sangre más detallado para obtener más información sobre tu condición y sobre el funcionamiento de tu hígado. Es posible que te inyecte inmunoglobulina para la hepatitis B, es decir, anticuerpos que te ayudarán a evitar los síntomas graves. Como el virus afecta al hígado, deberás evitar el alcohol por completo.
Probablemente el médico te refiera a un especialista, que hará evaluaciones periódicas del funcionamiento de tu hígado. Todos los miembros de tu hogar, así como también tu pareja sexual, tendrán que hacerse el análisis y, si no son portadores, vacunarse.
Inmediatamente después del parto, el equipo médico le inyectará al bebé anticuerpos contra la hepatitis B que lo protegerán de una infección a corto plazo. También le pondrán la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B en las 12 primeras horas después del nacimiento. La segunda y tercera dosis se las pondrán en las visitas de rutina al pediatra.
Hacen falta las tres dosis para estar protegido de por vida, por lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que todos los niños sean vacunados con las tres dosis. Los anticuerpos y la vacuna, en conjunto, tienen una efectividad de aproximadamente el 90 por ciento en prevenir la infección por hepatitis B.
¿Quién corre mayor riesgo de contraer la hepatitis B?
Como la hepatitis B se transmite por exposición a la sangre y a los fluidos corporales, las personas con mayor riesgo de contagio son las que trabajan en el ámbito de la salud, las que cohabitan o son pareja sexual de un portador, aquellas con múltiples parejas sexuales, y las que utilizan drogas intravenosas. Los inmigrantes del sudeste de Asia, África, Medio Oriente, las islas del Pacífico y la cuenca del Amazonas también presentan mayores índices de infección.
Afortunadamente la vacuna puede protegerte si aún no tienes el virus. Si corres riesgo de contraer hepatitis B, no dejes de vacunarte.