Esta mujer, era una mujer de tantas, de la cual no elegirías como mejor amiga pero tampoco la tire de lado, esa es mi costumbre, ya que prefiero no juzgar a la gente por lo que aparentaban o obviamente eran; Siempre he preferido darle la oportunidad a los seres humanos que jueguen su papel.
Y no me equivoque, ella finalmente no aguanto, y lo que al fin era, salió a flote tal como me lo había informado Ciprian mi ex compañero de cama y su supuesto fiel amigo.
Ciprian y yo tuvimos lo que clasifico como una estúpida pero disfrutada aventura, y por muchas razones término y terminó mal.
Pero como nunca invitamos a un tercero a nuestra relación no era asunto de esta mujer, entrometerse en las consecuencias de todo el embrollo de Ciprian y yo.
Pero las zorras son zorras, no por ganancias, solo por zorras, y muchas veces, porque le gusta el macho en cuestión, lo digo por los comentarios de Ciprian, aún tengan una linda relación con su pareja; son lo que son, es su naturaleza.
Somos el resultado de nuestra experiencia, no soy mala, no soy buena, solo soy el resultado de un aprendizaje, de lo que la vida y cierta clases de personas te dejan como armas para defenderte.
Un aprendizaje triste y asqueroso, si, es cierto; solo que algunas aprendimos a no meternos en guerras ajenas, y si por zorras deciden involucrarse, deben tener la dignidad de escuchar las dos campanas, las dos versiones de la situación sentimental de los demás, sólo así sabrán de donde viene el tiro, y que tan perjudicadas pueden salir.
Moraleja: Si no eras parte de la relación no te involucres, y si eres amiga entre comillas de unas de las partes involucradas escucha ofrece tus consejos y calla. Eso hacen los verdaderos amigos, las personas decentes, aquellas que no desean consecuencias.
Del libro reflexiones Verónica Galla
instagram @Vegallas
28 Ene 2015