Levántate y anda
Aprende de todas las escuelas pero no te quedes con ninguna porque la meta es llegar a ti mismo. Presta atención a todo, sin involucrarte, porque nada puede ser trivial, porque todo es parte del grandioso universo.
Junta tus pedazos y ponte de pie. Y para esto, tienes que apartarte de todo lo que divida. De lo que te empobrece. Recuerda que el poder y sus responsabilidades, que el prestigio y sus deberes, lo pulverizará la muerte en un instante. La muerte que no nos deja olvidar que estamos de paso, que la vida es solo una noche que pasamos en una posada, que está a la vera del camino. Por eso no renuncies a nada que esté vivo, para celebrarlo todo… Desde los ríos a las bibliotecas, desde los desiertos, que son monasterios naturales, a los museos. Y, si la palabra Dios, no termina de convencerte, llama existencia al dedo que aprieta el botón para que el universo, entre en funcionamiento. Y cuando escuches la palabra “religioso”, recuerda que “religioso” es el hombre que afirma la vida, y el hombre que está vivo es alegre, tiene sentido del humor porque sabe que la vida es un maravilloso juego donde no hay huérfanos porque todos tenemos un padre, el universo, y una madre, la tierra, por eso no hay más alta religión que la que nos hace sentir la música de la existencia. Nunca tan clara como en el arte, que te da la “chance” de transformar lo más bajo en lo más elevado, de sacar flores del fango, de transformar a la carne en espíritu. Por eso el arte es sublime.
Pero, no olvides que no naciste para otro, que no tienes que hacerte cargo de nadie y nadie puede decirte como debes ser, porque solo puedes ser responsable de ti, y solo cuando te amas, puedes tener amor para los demás, pero nadie puede exigirte amor ni puedes exigírselo a nadie, porque nadie puede ser esclavo de nadie, ni debe.
Aunque esté con muchos, cada grano de arroz debe mantener su individualidad.
Facundo Cabral.