El poder de la mente.
Nuestra mente es increíblemente poderosa, y de igual manera que esta realidad ha sido demostrada con el surgimiento de genios artísticos, brillantes científicos, maestros filosóficos y hasta extraordinarios hombres de negocios a través de la historia de la humanidad, así mismo tiene el poder de dominar nuestros pensamientos, nuestras acciones y hasta nuestra voluntad de una forma poco conveniente si se lo permitimos.
Nuestros hábitos mentales.
La mayoría de la gente aún no ha descubierto que puede tomar control de su mente y que tiene la capacidad, si así lo desea, de elegir qué pensar y como sentirse. Por el contrario, de manera inconsciente casi todos nos dejamos dominar durante gran parte del día por el piloto automático dentro de nuestra cabeza, y la mayoría tenemos la mente acostumbrada a padecer pensamientos negativos, como la crítica, la queja, el arrepentimiento, los miedos, los paradigmas limitantes, a veces hasta nos torturamos por meses o años repitiendo en nuestra memoria una misma desafortunada experiencia.
Mi personalidad orientada a mantener control y a analizar en detalle las cosas me ha llevado a veces al desgastante y perturbador punto de obsesionarme con una idea o con un recuerdo que lo único que hace es crearme ansiedad y robarme energía que podría estar aplicando en algo productivo o positivo para mí. Así que éste siempre ha sido un problema con el que he tenido que lidiar y me he mantenido buscando posibles soluciones para ese patrón de pensamiento.
La solución: entrenando nuestra mente.
En estos últimos años he aprendido mediante investigaciones que los pensamientos automáticos son inevitables, pero también aprendí que la mente puede ser entrenada y disciplinada para que esas ideas ineludibles sean casi siempre positivas aportando a nuestro ánimo y energía, en vez de acabar con nuestra vitalidad y paz interior. No sólo eso, sino que además podemos disciplinarnos para mantener un flujo de pensamientos que aporten a la resolución de problemas, a orientarnos hacia los próximos mejores pasos y a encontrar oportunidades en cada circunstancia, sin importar qué tan buena o mala pueda ser.
Lo primero que debemos entender es que nuestro cerebro siempre está tratando de optimizarse revelando en el momento necesario recuerdos de aprendizajes y experiencias vividas en nuestro pasado para poder tener una reacción consciente o inconsciente en el momento presente frente a una situación determinada, todo esto con el menor esfuerzo posible. La razón por la que una proporción tan grande de esos recuerdos archivados en nuestro cerebro son negativos es por la importancia que le atribuimos en su momento y que probablemente lo hemos seguido haciendo. Según la relevancia que le demos a nuestros pensamientos, el cerebro decidirá registrarlos como automáticos o no.
Esto es algo peligroso para nuestra salud mental, porque se crea un efecto de bola de nieve donde los archivos de nuestra mente se acumulan y contaminan cada vez más, y en ocasiones terminamos diciendo algo como “ya sabía que volvería a fracasar, porque nunca nada me sale bien”, siendo resultado de la predisposición cada vez más fuerte que crea nuestra mente cuando no la sometemos a nuestro control. Por eso vemos como gente negativa cada vez es más negativa. La buena noticia es que ese efecto de bola de nieve también podemos lograrlo con la acumulación de los archivos positivos de nuestra mente.
Técnicas de reprogramación mental.
Aquí te dejo algunas sugerencias simples para comenzar a entrenar tu mente con la actitud adecuada para ser más feliz y para ganar en la vida:
Mantente alerta a tus pensamientos. Constantemente hazte la pregunta “¿Qué estoy pensando ahora mismo y cómo le aporta eso a mi vida o a mis metas?” Cuando éstos sean negativos o incluso neutrales, tienes la elección de redirigirlos hacia un tono más positivo. Frente a situaciones difíciles hazte la siguiente interrogante “¿Qué cosa positiva puedo sacar de esto?” y “¿Cuáles deben ser mis próximos pasos?”
Enfoque en lo que aporta. Cuando tengas el pensamiento positivo en la mente préstale atención, enfócate en él por unos minutos, siéntelo y visualízalo. Hacer esto logrará con el tiempo que sean esas ideas las que se conviertan en respuestas automáticas de tu cerebro. Recuerda que puedes forzar tu mente a pensar positivamente sin importar la ocasión.
Escribe afirmaciones que condicionen tus pensamientos y léelas tres veces al día, como “Soy agradecido con todo lo que tengo y lo que he logrado”, “Sólo recuerdo los momentos más agradables de mi vida”, y “Creo en mi potencial ilimitado para alcanzar mis metas”. También escribe y lee diariamente las palabras que describen tu yo ideal, lo que quieres ser, como por ejemplo “exitoso”, “valiente”, y “feliz”.
Toma acción. Enfrenta lo que te da miedo, conversa con quien te hizo daño y perdónalo, trabaja arduamente por tus objetivos y demuéstrate a ti mismo que sí puedes. Pocas cosas tienen mayor efecto en las reacciones automáticas generadas por nuestro subconsciente que nuestras propias acciones. Éstas tienen el poder de condicionar nuestros pensamientos, en vez de que éstos condicionen nuestras acciones.
He estado haciendo estos ejercicios mentales con disciplina y ya siento que tengo más control sobre mis recuerdos, mis ideas y mis reacciones. Es un proceso gratificante cuando percibes que tu mente se va adaptando a tu voluntad y se acostumbra a tu nuevo y mejorado yo.
Coméntanos cuáles pensamientos automáticos te gustaría cambiar, y cómo te han servido estos ejercicios.
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