A veces nos cansamos de ser personas cariñosas, bondadosas y nos preguntamos ¿por qué a mí? Yo soy afable, comprensiva, tolerante, dejo pasar cosas para no discutir constantemente, para que reine la armonía, pero contrario a todo esto, recibimos piedras por besos y abusos a cambio de nuestra tolerancia.
En mi humilde opinión creo que el problema radica en que no todos merecen tanto.
Es una locura pretender que todos sean como nosotros o que sencillamente todos los demás valoren el sacrificio que a veces hacemos en nombre de la paz.
Y no digo que no luchemos por lo que amamos, pero todas las guerras tienen un final y debemos tener la suficiente inteligencia emocional y/o madurez, para saber si estamos tirando nuestros huevos en una canasta rota, o en buen castizo si estamos invirtiendo nuestra vida en algo que ya está muerto o que nunca estuvo vivo.
Sé que duele, lo sé, porque lo he sentido, pero lo cierto es que hay amores, trabajos, amistades, que desgastan y así no se vale.
El mensaje muchas veces está claro pero no queremos verlo, cuando el otro no valora lo que se le da, es porque no le importa.
Si estás dando y no recibes nada, es porque estás dando a la persona equivocada.
Hay muchas personas buenas, deseando a alguien bueno que los valore, que los ame, esas son las personas que necesitamos tener al lado y darle todo nuestro amor.
Les dejo un abrazo eterno. Verónica Galla
@vegallas
Del libro Reflexiones
24 Julio 2019