Si no consigo la felicidad en mi interior, no la encontrare en ningún lado.
Así de simple, no podemos pedirle a otro, lo que no somos capaces de darnos a nosotros mismos.
No podemos pedir a los demás lo que nosotros no tenemos.
Cuando sentimos o tenemos felicidad podemos pasarlo a los demás, no como un premio, si no como un regalo de toda la Abundancia que llevamos dentro, igual pasa con el amor, la paz, la ternura, la tolerancia, la aceptación.
Cuando podemos perdonamos a nosotros mismos, podemos ser más tolerantes con los demás.
Cuando conocemos la ternura de un abrazo, podemos trasmitir paz, amor, cuando nos aceptamos tal cual somos, podemos sentir el regalo de la aceptación, sin importar como nos veamos por fuera.
La felicidad está dentro de nosotros, hagamos un esfuerzo por revisar nuestro equipaje y aliviaremos la carga.