“Sufrir es más fácil que asumir la solución, preferimos ser víctimas toda la vida. Cuando somos adultos preferimos seguir haciendo responsables a nuestros padres de todo lo que nos sucede. Esto hace que nos mantengamos inocentes y no podamos tomar la vida en su plenitud.
El movimiento sanador sería: Imagínate que tienes a tus padres delante de ti y diles: Querido papá o mamá, gracias por la vida que me dieron (diste), ahora entiendo que tu también fuiste maltratado y no pudo haber algo diferente para mi. Me gustaría decirte que me dolió lo que sucedió. Lo tomo todo, al precio que sea que te costó a ti (ustedes) por ustedes tengo la vida, lo mas importante.
Dame tu bendición si yo lo hago diferente a ti y no maltrato a los míos”.
–Bert Hellinger