¿Por qué es peligroso fumar durante el embarazo?
Al feto le llega todo lo que la madre toma. Obtiene el oxígeno y los nutrientes necesarios a través de la placenta y el cordón umbilical. Si la madre fuma, el feto estará expuesto a las toxinas (sustancias venenosas) presentes en el humo del tabaco.
Durante el embarazo, la mujer gestante está creando una nueva vida y es ella quien acaba decidiendo si fuma o deja el tabaco. Sin embargo, tiene que pensar muy seriamente que esa decisión no sólo le afecta a ella y a quienes le rodean, sino que puede comprometer gravemente la salud de su futuro hijo que depende por completo de lo que la madre haga. El primer fumador pasivo es su propio hijo.
El embarazo o el deseo de quedarse embarazada es una excelente ocasión para dejar de fumar, tanto por el bien de la madre como por la salud del futuro hijo.
¿Qué cambios produce el tabaco en el organismo?
Al fumar, parte del oxígeno de la sangre es reemplazado por monóxido de carbono. Si la futura madre continúa fumando, su sangre y la del feto tendrán un nivel de oxígeno por debajo del normal.
Las partículas del humo del tabaco contienen diversas sustancias tóxicas que modifican la capacidad de la sangre para realizar su función de una manera adecuada y normal. Esto puede afectar a la placenta, por la que se alimenta su futuro hijo.
Los recién nacidos de madres fumadoras:
Por otra parte, las embarazadas que fuman aumentan el riesgo de perder el hijo. En las últimas fases de la gestación, las embarazadas que fuman tienen un mayor riesgo de sufrir desprendimiento de la placenta. Esto puede provocar el parto prematuro, la asfixia del feto por falta de oxígeno e incluso su muerte dentro del útero.
Ello implica un aumento del riesgo de complicaciones durante el parto y el embarazo tanto para la madre como para su futuro hijo.
Tienen más probabilidades de nacer prematuramente y con bajo peso. Ello implica mayor riesgo de complicaciones futuras y de estancias hospitalarias.
Suelen pesar una media de 200 grs. por debajo de la media de los hijos de madres no fumadoras con similares características.
Corren el doble de riesgo de sufrir muerte súbita del lactante. Parece existir una relación directa entre los casos de muerte súbita y el tabaquismo de los padres (tanto del padre como de la madre). Las sustancias tóxicas que contiene el tabaco, además de encontrarse en el aire que podemos respirar, nos acompañan en las ropas, nuestras manos o en el aire que desprendemos con nuestra respiración.
Enferman más a menudo que los niños con padres no fumadores. Acuden al médico y tienen que ser hospitalizados con mayor frecuencia que los hijos de padres no fumadores. Ello implica también un mayor número de días perdidos de escolarización.
En sus primeros años de vida sufren más enfermedades como inflamaciones del oído medio, tos persistente y bronquitis. El número de hijos asmáticos es superior entre los padres fumadores.
Tienen más probabilidades de convertirse en fumadores de adultos. Tenga en cuenta que los niños desde muy pequeños son los mejores imitadores que existen de la conducta de los adultos.
¿Cómo dejar el tabaco?
Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. La vida se alarga con cada cigarrillo no fumado. Cada cigarrillo suprimido supone una ayuda para el feto. El daño causado por el tabaco puede recuperarse, siempre y cuando no sea excesivamente tarde.
En la actualidad no se recomiendan las terapias de sustitución de la nicotina (TSN) con chicles y parches en mujeres embarazadas. Sin embargo, la Agencia Norteamericana de Política e Investigación Sanitaria apoya el empleo de las TSN durante el embarazo en casos de fumadoras que se sienten incapaces de abandonar el hábito. Se está pendiente de tener resultados concluyentes.
La experiencia contrastada demuestra que los consejos impartidos por personal sanitario especializado logran duplicar el abandono del tabaco por mujeres embarazadas.
Abandonar el tabaco es la medida más importante que una madre puede tomar por su salud y la de su futuro hijo. Las mujeres embarazadas pueden obtener apoyo y ayuda para dejar de fumar a través de la matrona, ginecólogo o su médico de familia.
Piense sólo en el día concreto: “Hoy no vamos a fumar ni yo mi futuro hijo”. Recuerde que el abandono del tabaquismo implica obligadamente no sólo el hecho de no fumar, sino también el evitar rodearse de fumadores o permanecer en ambientes cerrados donde se fume. Haga valer sus derechos y los de su futuro hijo. oc.
Con información proporcionada por el Dr. Erik Fangel Poulsen, especialista en Obstetricia y Ginecología; Dr. Philip Owen, especialista en Obstetricia y Ginecología para Hola