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Un viaje por mi maternidad, Mi vida antes y después de Samantha Kate

(EPÍTOME)

 Antes…

 Amante de la vida y del amor, consiente que el amor puro y verdadero existe pero en las andanzas por el mundo no había corrido con la bienaventuranza de que el niño de las flechas golpeara al hombre indicado para mi proyecto de vida. Creyente en Dios y sus maravillas agradecida siempre de él. Con altas y bajas en mi caminar pero siempre confiada que esa utopía que tenía en mi cabeza para mi existencia en este globo terráqueo la vería hecha realidad un día, porque para eso nací.

De latidos en latidos anduve creyendo que con mis propias fuerzas haría que fuesen compatibles con mi corazón por el simple hecho de sentirme “amada”, creí que lo estaba haciendo bien y no, valorarme es primero. Pero llegan esos días con situaciones incómodas que es el preámbulo idóneo para que inicie el nuevo capítulo de tu libro llamado vida.

Unes tus párpados por aproximadamente 50 milésimas de segundo y al terminar te encuentras en el Ecuador de tu historia, donde en frente te alcanzas a ver vestida como la blanca lana, no es el príncipe azul pero el color que tiene es el ideal para complementar tu arcoíris. Lista para emprender el largo camino que te espera, ese largo camino que siempre soñaste y es donde dices: ¡Aquí vamos!

Después…

La vida no es perfecta y agradecemos que no lo sea, porque una vida perfecta no trae consigo, lágrimas, vivencias, experiencias, sonrisas, ilusiones y desilusiones, altas y bajas, debilidades y fortalezas, ni todo lo que necesitamos para contar nuestra historia de vida. Trazamos un

 

plan en común, un plan de pareja, un plan que pone a mover montañas a toda mujer que se lo propone, un plan de reproducción, un plan de familia.

Tenía una expectativa de la maternidad que luego comparé con la realidad. Escuchar sus palpitaciones por primera vez fue amor al primer latido, sentimientos encontrados. Así como empieza a nublarse el cielo cuando va a llover, así empezaron mis ojos a llenarse de ese líquido que aparece en momentos de mucha felicidad o tristeza. Enfrentar esas primeras semanas de dificultades no fue fácil pero en un momento a solas con mi interior clamé al Señor y le dije: – Oh Señor Jesús, si tú me la diste la vas a dejar ahí.

Esas emociones en el embarazo donde en ocasiones no quieres ni hablar contigo misma, ese tiempo donde las hormonas pasan a controlar esa parte de tu vida. Las clases prenatales que tomé fueron de gran ayuda a mi mente, a mi persona… Y ¿qué quieres que sea? Siempre preguntaban los curiosos, a lo que siempre le respondía:- Quiero que sea un ser saludable.

Pero tampoco estaba quieta sin tener el conocimiento de qué llevaba en mi vientre, por lo que una explosión de color rosa me dio la respuesta que tanto necesitaba.

Ya tenía día para conocerla, preparamos todo para su llegada, nuestra felicidad competía con el tamaño de las aguas que bañan las costas. Todo transcurrió sin complicaciones y hoy, seis meses y veintitrés días después he conocido ese amor que me quita el sueño al tiempo que me hace soñar.

Ganadora primer Lugar:

Katerin Mercedes

República Dominicana.

Lic. en contabilidad.

Muchas gracias por esta maravillosa oportunidad.

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