La vida sedentaria, tu enemigo número uno.
La vida sedentaria y con una dieta rica en azúcares aumenta el riesgo de diabetes tipo II, entre otros trastornos metabólicos.
La gente sedentaria es doblemente más propensa a desarrollar enfermedades cardiovasculares que las personas con trabajos activos.
La vida sedentaria propicia la obesidad. Combátela con cambios en hábitos cotidianos: paseo diario, correr en el parque, subir a la montaña.
La ansiedad que sientes por los antojos son una señal que tu cuerpo te envía para que comprendas que algo necesita.
Los hidratos de carbono son necesarios para obtener la energía que nos mantiene activos y saludables.
Las proteínas proveen los aminoácidos necesarios para mejorar el tejido muscular y ayuda a que no se destruya músculo al bajar de peso.
Los huevos tienen muchas proteínas: 1 huevo grande contiene unos 6 gramos de proteínas y 1.5 gr. de aminoácidos de cadena ramificada. Por lo tanto trata de no abusar de ellos, todo debe comerse en balance.
Hacer ejercicio te permite disipar el estrés de la vida diaria y te proporciona fortaleza física y emocional.
Cuando te retas a ti mismo cada día a seguir, a hacer tu rutina de ejercicios o deporte preferido, fortaleces en ti tu capacidad de caminar esa milla extra, que tanta falta nos hace, para realizar nuestros proyectos personales, nos hace disciplina para seguir con las metas que nos hemos propuesto.
Esas son parte de una virtud que debe tener un verdadero guerrero de esta vida moderna: DISCIPLINA.
Investiga, que te gustaría hacer, empieza con algo que no te quede lejos, para aprovechar el tiempo, o sencillamente comienza en tu casa, te recomiendo Los 5 Tibetanos